Mayo 2007

¿Cuál es la revelación inmediata que los iniciados y discípulos del mundo tratan de manifestar a la humanidad? ¿Cuál es el aspecto de esta unidad esencial que ellos se esfuerzan por simplificar y hacer más evidente? Una de las cosas más fáciles de decir es (como lo ha dicho, por ejemplo, Krishnamurti) que la vida es una, y sólo existe la unidad, lo cual es la gastada formulación de una antigua verdad, constituyendo hoy una trivialidad oculta. La vida aún no es una en la conciencia, aunque de hecho sí lo es. La razón estriba en que la vida es síntesis amorosa en acción, la cual muy poco se manifiesta en la actualidad. Tenemos la vida activa, pero aún está ausente el amor, basado en la conocida unidad que conduce a expresar la síntesis. Muchos ya lo ven en el horizonte, porque en la actualidad gran número de personas están desarrollando la vista y afluye la luz. La revelación vendrá cuando los discípulos e iniciados del mundo hayan perfeccionado el arte de la revelación.

La tarea por delante es muy sencilla. Actualmente, la realidad del reino de Dios, y de la Jerarquía planetaria, constituye el aspecto más importante de la unicidad básica que subyace en las formas, y sobre él los trabajadores deben poner inmediatamente el énfasis. Los ciudadanos de ese reino y los miembros de esa Jerarquía son extraídos de toda nación, partido político, grupo social, culto, secta religiosa y organización -sin tener en cuenta sus objetivos-, demostrándose la unidad subyacente en la universalidad de los campos de donde surge esa gente. Cuando dicha unidad asuma una adecuada proporción ante los ojos del género humano, sobrevendrá una verdadera síntesis. (Los Rayos y las Iniciaciones , p. 250)