Debido a la libertad de flujo que caracteriza a la atmósfera, no solemos pensar en la polución del aire como en un problema de puertas adentro. Sin embargo, está presente tanto en países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo, aunque de forma distinta. El humo es un peligro para muchos países en desarrollo –el humo de cocinas e iluminación interiores. Dado que conseguir un acceso seguro a la red eléctrica sigue siendo problemático en muchos países (la Agencia Internacional de Energía estima que hay 1.300 millones de personas sin acceso), es habitual el uso de lámparas de keroseno para iluminar, y se cocina en fuegos que utilizan una variedad de combustibles, incluyendo carbón, keroseno, madera y carbón vegetal. Además de suponer un problema de salud importante, estos métodos de calentar e iluminar suponen un gran esfuerzo económico para las familias –una estimación apunta que las familias rurales gastan hasta un 20% de sus ingresos en combustible para cocinar.

La buena noticia es que el ingenio humano y el espíritu comunitario están centrados en la resolución de estos problemas. En el campo de la iluminación, muchos habrán oído ya hablar de la sencilla inspiración que llevó al mecánico brasileño Alfredo Moser a taladrar agujeros en su tejado, fijando con un poco de resina de poliéster botellas de plástico que no contenían nada más que agua y un poco de lejía. ¿El resultado? Luz solar gratuita durante el día. Desde entonces, la idea ha sido adoptada por más de una docena de países, y hay estimaciones que sugieren que este año, iluminará un millón de hogares. Y para resolver la cuestión de la iluminación nocturna, unos cuantos grupos e individuos están encontrando formas innovadoras de compartir la floreciente tecnología de las lámparas solares. En Kenia, SunnyMoney, una subsidiaria de la organización benéfica británica SolarAid, está realizando grandes progresos. Las lámparas se distribuyeron inicialmente en los colegios de la zona, donde los directores fueron persuadidos para presentarlas como una forma de ayudar a los alumnos con los deberes. Ahora las lámparas se venden en los comercios. Debido a que SunnyMoney está respaldada por una organización benéfica, puede permitirse sufrir una pequeña pérdida en cada venta, con el objetivo de ampliar el alcance, abriendo nuevos mercados. A lo largo del África subsahariana, el resultado es casi un millón de lámparas vendidas. Y en Kenia, la tendera Sally Kayoni observa que, desde que ha empezado a tenerlas en existencias, la gente ya no pide keroseno. En Uganda, Simon Lule también estaba buscando alternativas al keroseno que empleaban sus abuelos para iluminar su hogar. Después de investigar la posibilidad de importar lámparas solares de China, decidió fabricar una él mismo. Utilizando YouTube, adquirió la suficiente pericia en electrónica como para crear su lámpara y, para aumentar la producción, pasó a buscar apoyo con crowdfunding a través de la página web Indiegogo.

Cocinar presenta retos diferentes, porque consume una cantidad de energía mucho mayor (haciendo que la energía solar sea menos práctica), y distintos países tienen diferente disponibilidad para los combustibles necesarios para los fogones. En un intento por solucionar estas cuestiones, entre otras, la Fundación UN ha lanzado una gran iniciativa, la Alianza Global para Cocinas Limpias. Su objetivo es que 100 millones de hogares adopten cocinas limpias y eficientes para 2020. La Alianza observa el daño que las actuales soluciones para cocinar tienen sobre la salud y el medioambiente. Debido a la naturaleza compleja del problema, se necesita una variedad de soluciones, incluyendo establecer estándares internacionales para permitir una comparación fácil de fogones alternativos, educar a las mujeres en los beneficios y el uso de estos fogones no-tradicionales, y encontrar formas de resolver las dificultades logísticas de llevar objetos frágiles y pesados hasta comunidades rurales aisladas. Potential Energy, una ONG que colabora con el Departamento de Energía de EEUU, es una de las organizaciones asociadas a la Alianza, y ya ha distribuido más de 32.000 fogones en Sudán, con planes para ampliar el trabajo a Etiopía. Estos ejemplos muestran cómo los problemas más antiguos de la humanidad están ahora siendo elevados a la atmósfera iluminada de la cooperación inteligente, donde las ideas y las innovaciones prácticas pueden circular más libremente para beneficio de todos.

En los países desarrollados, la calefacción y la iluminación no suelen ser causa de contaminación dentro de la vivienda (aunque las centrales de energía que las suministran puedan contaminar la atmósfera), pero si los sistemas de ventilación están mal diseñados o tienen fallos de funcionamiento, la salud y la comodidad pueden resultar afectados, conduciendo a una gama de síntomas frecuentemente denominado síndrome de edificio enfermo. Otras posibles fuentes de contaminantes de interior son las salidas de gases de determinados materiales de construcción, compuestos orgánicos volátiles, ozono de ciertos tipos de equipamiento de oficinas, hongos, e incluso el gas radón, que surge de forma natural. La principal forma de neutralizar estos contaminantes es encontrar la forma de aumentar el índice de intercambio de aire fresco con el exterior. Aunque esto puede realizarse mecánicamente, con un aire acondicionado, existe un movimiento cada vez mayor por encontrar formas de acondicionar el aire empleando técnicas inspiradas por la naturaleza. Aparte de la energía que se ahorra, está también el hecho de que los sistemas mecánicos de aire acondicionado reducen la concentración de iones de carga negativa. Aunque la investigación en cuanto al efecto de los iones en la naturaleza humana está todavía en su infancia, hay estudios que han mostrado que los pacientes expuestos a iones de carga negativa experimentan una sensación de exaltación y una menor presión sanguínea. En contraste, las personas expuestas a iones de carga positiva desarrollan sensaciones de fatiga, mareo y dolor de cabeza, un aumento de la presión arterial e incomodidad general. Algunos vientos transportan grandes concentraciones de iones positivos –el Föhn en Suiza, el Santa Ana en los Estados Unidos, el Siroco en el norte de África, el Chinook en las Montañas Rocosas y el Sharay en Oriente Medio. Estos vientos se han asociado tradicionalmente a una variedad de enfermedades, desde migrañas a psicosis. Es de suponer que, a medida que se vayan revelando los misterios de la electricidad en el aire, los beneficios para la salud serán enormes y se producirá una gran vitalización de la raza humana.

Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que más de mil millones de personas al año están expuestas a la contaminación externa. La contaminación urbana del aire está relacionada con más de 1 millón de muertes prematuras y 1 millón de muertes prenatales cada año. La rápida urbanización ha

Air pollution, Shenzen

resultado en un aumento de la contaminación del aire en las grandes ciudades, especialmente en los países en desarrollo. Según un borrador de informe de la ONU sobre el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, los países más ricos del mundo están subcontratando crecientemente su contaminación de carbono a china y otras economías en alza. La subcontratación de las emisiones se produce en forma de aparatos electrónicos como smartphones, ropa barata y otros bienes manufacturados en China y otras economías emergentes, pero consumidos en los EEUU y Europa. Ciertamente, las imágenes de una espesa contaminación en ciudades chinas e indias están volviéndose cada vez más comunes. La situación está tan mal que una firma británica de arquitectura y diseño reveló una serie de propuestas para ‘cúpulas burbuja’ –áreas públicas encerradas bajo una cúpula de plástico especial donde las personas podían acudir a respirar aire filtrado. Junto con el aumento en producción, el aumento en combustión de carbón y emisiones de vehículos son las principales fuentes de polución en China y otros países asiáticos. En muchas ciudades de Asia las condiciones tienden a empeorar durante los meses de invierno, dado que la combinación de patrones climáticos de estancamiento con una mayor combustión de carbón contribuye a crear una contaminación y un smog que puede durar semanas. Aunque la mayoría de los países desarrollados han introducido medidas para reducir estas fuentes de polución aérea, estas todavía no se han adoptado en muchos países en desarrollo, aunque el gobierno chino se ha comprometido a endurecer los estándares de contaminación y a destinar suficientes medios económicos para abordar el problema.

La Organización Mundial de la Salud trabaja incansablemente para informar a los gobiernos y al público en general de los peligros que plantea la contaminación ambiental, y una de sus campañas más exitosas fue una cuestión relacionada con la polución directa del aire que respiramos al fumar; lo veremos con más detalle en el siguiente artículo

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