Junio de 2010
"Distraído de distracción en distracción
Lleno de fantasías y vacío de significado"
Burnt Norton TS Elliot
El ritmo de la vida se está acelerando. Verdaderamente, parece haber un insaciable deseo de acelerar continuamente la velocidad de cambio. Los cantantes Pop y otras celebridades son famosos durante uno o dos años y después se desvanecen en el olvido, ya que el hambre del público de la novedad por la novedad, crece. Tan pronto como aparece un artilugio, ya es “antiguo”, y la especulación empieza en la siguiente versión. Este hambre por lo nuevo tiene un ligero aire de desesperación a su alrededor -quizá es un intento de compensar la destrucción progresiva de las certidumbres económica, religiosa y política. Cualquiera que sea su fuente, este hambre contribuye a la dispersión de la atención; otra fuente es la proliferación de canales de comunicación –correo electrónico, mensajería instantánea, SMS, etc., etc. –con la consiguiente oportunidad de charlar indefinidamente sobre todas las cosas nuevas bajo el sol. Esta dispersión de la atención puede parecer relativamente inofensiva, pero esconde un peligro sutil: puede minar la capacidad humana de enfocarse y tomar una decisión sabia, sobre las muchas dificultades que nos enfrentan a medida que entramos en una nueva era.
De aquí que haya una preocupación creciente de que la conciencia humana está siendo ampliada en demasiadas direcciones a la vez, conduciendo a una distracción crónica. Esta dispersión de la atención se produce no solamente en el tiempo de ocio, sino también durante el trabajo. Cada vez está más ampliamente aceptado que la realización de tareas mentales complejas, tales como la programación informática, se ve severamente impactada por las interrupciones. La multi-tarea está empezando a parecer un mito, o por lo menos, exagerada. Las investigaciones indican que cuando la gente intenta realizar dos o más tareas relacionadas, ya sea al mismo tiempo o alternando rápidamente entre ellas, los errores aumentan, y lleva más tiempo finalizar trabajos que si se hiciesen de forma secuencial. Incluso las personas jóvenes, que han crecido con los ordenadores y los teléfonos móviles, no son tan buenos haciendo multi-tareas como creen que son. Un artículo en la revista TIME, reflejando la experiencia de educadores con las capacidades cambiantes de la gente joven, sugiere que, mientras que sus habilidades en acceder a la información, especialmente en la forma visual, han aumentado, hay también evidencia de que su tolerancia por la ambigüedad y complejidad está disminuyendo. En la revista Wired, el autor Nicholas Carr cita la evidencia de estudios que sugieren que el uso regular de Internet “re-cablea” el cerebro sorprendentemente rápidamente. Carr remarca que en un artículo de Science publicado a principios del 2009, la prominente psicóloga del desarrollo Patricia Greenfield revisó más de 40 estudios de los efectos de los diferentes tipos de medios de comunicación sobre la inteligencia y la capacidad de aprender. Concluyó que “cada medio desarrolla alguna habilidad cognitiva a expensas de otras”. Nuestro uso creciente de la Red y otras tecnologías basadas en la pantalla, escribió, ha conducido al “desarrollo generalizado y sofisticado de las habilidades visual-espaciales”. Pero esta ganancia va de la mano con un debilitamiento de nuestra capacidad para el tipo de “procesado profundo” que respalda “la adquisición de conocimiento consciente, análisis inductivo, pensamiento crítico, imaginación y reflexión”.
Así, si el mundo no tiene que convertirse en un carrusel de feria, perdiendo el control, lanzando la atención fuera, hacia la periferia, lejos de los asuntos más importantes de la vida humana, necesitamos aprender (o re-aprender) las habilidades de centrar nuestra atención en esos asuntos perennes de profundo significado que yacen en el corazón de la civilización. En el pasado, las ortodoxias en política, religión y cultura establecidas, ayudaban a anclar y dirigir este proceso, pero a medida que estas ortodoxias se erosionaron, la humanidad se enfrenta con la difícil tarea de crear nuevas formas de expresar ideas centrales tales como la Bondad, la Verdad, la Justicia y la Belleza. Las antiguas ceremonias y rituales que dieron significado colectivo a la vida, deben ser forjadas de nuevo en los fuegos de la mente compasiva, iluminada, una mente que no está “llena de fantasías”, sino que está fijada de forma inalterable en desvelar el Sol del Significado. Esto significa que debemos dar tiempo y prioridad a la meditación, en todas sus muchas formas. Aquietar la mente, o mejor, vaciarla de fantasías, es solamente el primer paso en la meditación, aunque a veces es confundido como su único propósito. Si la mente debe vivir de acuerdo a su verdadero potencial como intermediario entre la Divinidad y la humanidad, debe ser utilizada activamente en contactar con las Ideas Divinas, y después en crear formas de pensamiento a través de las cuales esas ideas puedan ser expresadas. Este es el proceso a través del cual han emergido siempre grandes trabajos de genios en todos los campos –ciencia, educación, política, arte, religión, etc. Encontrar formas de nutrir este proceso en cada campo, y proteger nuestras mentes de la fuerza de las distracciones, es una clave necesitada por el mundo.
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* Ver también http://www.wired.com/magazine/2010/05/ff_nicholas_carr/all/1
