Una Bienaventurada Expectativa - Septiembre de 2022


‘Equilibrio’ es una palabra que tiene un significado verdaderamente profundo. Para el artista, escritor, actor y músico, la palabra apunta a ese momento omniabarcante, pero infinitamente pequeño, en el que todas sus fuerzas creativas se reúnen en una bienaventurada expectativa antes de revestirlas de forma, por ejemplo en alguna obra específica o en una actuación. Es la culminación de días, meses y años de preparación disciplinada, el resultado de errores, de callejones sin salida, de falsos comienzos, el resultado del ‘sudor y las lágrimas del trabajo’ que se han soportado porque todo el tiempo se percibe la presencia de la gloriosa visión de lo que podría ser, ¡y de lo que será! En esto el artista nunca habría persistido si la alegría y la certeza de la obra no hubieran estado presentes desde el principio en el centro de su ser.

Y ahora todo se comprime en un vórtice de energía, en un momento de equilibrio infinito. Es el “punto inmóvil en el mundo que gira. No es de carne ni carece de carne; No viene ni va hacia adelante”, como tan bellamente lo expresa T.S. Eliot. Él continúa: “en el punto quieto, ahí está la danza”. Ahora el vórtice de energía explota en la apariencia rutilante de algo tan nuevo y tan hermoso que sabemos que siempre debió haber existido, y solo estaba esperando el grupo correcto y el momento adecuado para aparecer ante la mirada atónita de la humanidad.

¿Qué tan perfectamente describe esta comprensión del equilibrio en la vida y el trabajo de las personas que, además de ser ciudadanos comprometidos y constructivos, han agregado a sus vidas la ardua tarea del desarrollo espiritual? Ellos aplican esta alegre disciplina a su trabajo creativo, cada vez más entendido en términos grupales, y centrándose en los mundos invisibles de los planos más espirituales. Aquí el equilibrio adquiere significados adicionales. ¿Cuál es el camino del filo de la navaja hacia la verdad sino un sendero de aplomo total, de equilibrio de los pares de opuestos, de elevarse por encima de las dualidades del placer y del dolor en la síntesis del amor y la alegría? ¿Qué es el puente del arco iris, que se extiende hasta la Tríada Espiritual, sino la capacidad de trascender la tesis y antítesis de la mente concreta y elevarse hacia la síntesis del correcto conocimiento y la bienaventuranza?

También es muy útil pensar que el equilibrio es fundamental para nuestro trabajo de Triángulos: la transformación gradual del cuerpo etérico planetario de un sistema de cuadrados, con todo lo que esto conlleva de posturas opuestas y conflictos incesantes, a una matriz de triángulos que fomenta la cooperación y las relaciones humanas correctas. Éste es el equilibrio a nivel planetario y es el objetivo de nuestro dedicado trabajo diario de Triángulos. Incorpora una visión espiritual del futuro que se manifestará gradualmente por nuestro equilibrio grupal. Esta serenidad logra ese equilibrio espiritual que se necesita con urgencia, descansando en la visión del amor y la bondad que llamamos el Plan. Podemos estar seguros de que a su debido tiempo aparecerá ante la mirada atónita de la humanidad. ¡Apresuremos ese día!