En el Alineamiento, Inspiración - Marzo de 2023


En este mundo acelerado y congestionado, la impresión de no tener suficiente tiempo para lo que nos esforzamos por lograr es una experiencia muy familiar. Con la prisa y el estrés incluidos, el hecho de vivir con un ojo en el reloj pasa su factura. Para contrarrestar este agotamiento energético y desequilibrio, se busca la reflexión tranquila. De esta manera, uno puede recuperar más control y conectarse más estrechamente con su curso previsto y alineamiento espiritual individual.

El alineamiento también es un aspecto esencial del trabajo grupal creador, alineamiento que sienta las bases para la red de Triángulos y otras formas de servicio como la conexión con las energías espirituales superiores. Estas energías están disponibles para cada persona como emanaciones del alma, así como las energías vitales de los reinos divinos de seres más iluminados que buscan ayudar a la humanidad. La conexión y la relación significativa con estas influencias superiores son apoyadas mediante la práctica de la meditación que dirige el pensamiento hacia lo divino y lo entrena en el enfoque mental. Se ha descrito como: “una técnica de la mente que eventualmente trae correctas e ininterrumpidas relaciones; este es otro nombre dado al alineamiento”1. Crea el espacio en el que la quietud mental puede ser cultivada e intensificada y donde el enfoque paciente y persistente en un tema elegido permite silenciar las preocupaciones externas. Mediante este punto de tensión enfocada y constructiva, la mente puede ser impresionada por las energías espirituales superiores.

Una expresión de profundo silencio interno es la capacidad de escuchar con una receptividad alineada e inquebrantable, centrada en lo que se está transmitiendo. Este aplomo crea un espacio mental libre de juicios para que penetre la buena voluntad iluminada y permita esperar tanto la asimilación como la formulación de la respuesta apropiada. Dentro de un contexto religioso, esta misma quietud podría describirse en términos de fe y comunicación en la oración. La Madre Teresa se refirió a esto en una ocasión cuando alguien le preguntó qué hacía ella cuando oraba. Ella respondió que escuchaba. Luego, cuando le preguntaron qué hacía Dios cuando ella oraba, ella respondió que Él escuchaba.

Una quietud interior tan profunda como esta, y la que se necesita para la meditación, a la larga se establece a través de la persistencia y descartando pacientemente los pensamientos caprichosos y la interferencia emocional. Cuando se logra esa calma interna, incluso así sea fugazmente, puede revelarse una profunda quietud. El vacío de este espacio no es inerte, ni está verdaderamente vacío, sino que su alineamiento sugiere algo similar al magnetismo. Al estar finamente sintonizado, atrae cierto nivel de vibración favorable a la percepción abstracta y la comunicación espiritual no limitada por las palabras y quizás más fácilmente expresada como energías de luz y amor. Estas mismas energías son las que las meditaciones de Triángulos hacen circular como servicio a la humanidad.

1 Curación Esotérica, Alice Bailey p. 620 ed. ingl.