El Mar sin Orillas del Todo Indivisible - Septiembre de 2023


“La vida surge desde abajo, y desde arriba la fuente se renueva. El mar siempre está lleno y extiende sus aguas por todas partes”. De esta manera la deidad es comparada con un mar sin orillas, con el agua que es ‘la fuente de la vida’*. 

En el sentido más mundano, nos referimos al espacio como el contenedor vacío de la relación física. Sin embargo, no está ni vacío ni es únicamente físico; es un mar sin orillas que abarca todos los planos e incluye la vida y las vidas que habitan en él. Por lo tanto, el espacio es una entidad, la Vida que se vierte a través de la diversidad de la creación. A pesar de esta diversidad, la vida sigue siendo una e indivisible, una paradoja para la mente puramente concreta. Esta Vida es independiente de su creación, y aun así, es el medio por el cual se sostiene, inmanente en todas las formas, aunque trascendente en la naturaleza. Por lo tanto, el espacio es la Causa Primera o Causa sin Causa, lo que da lugar al espíritu y a todo el mundo en manifestación. Es un gran símbolo de la realidad absoluta. También es el contenedor absoluto de todo lo que es, ya sea manifestado o inmanifestado. En el sentido puramente abstracto, es el Gran Aliento, el movimiento perpetuo e incesante del universo, la eternidad misma, sin forma, inmutable, eterna, la única deidad invisible e incognoscible.

Estas aguas primordiales del espacio, el Gran Abismo, son la Madre arquetípica: el agua como símbolo común del alimento y de la fuente de vida. En el sentido más elevado, estas aguas del espacio abstracto se conocen como Akâsa, una sustancia primordial también llamada la Virgen-Madre Celestial del universo visible. La diversificación de esta materia es la que produce todas las dimensiones en todos los planos.

En la manifestación, esto se convierte en la vibrante red etérica a través de cada diminuto átomo del “mar sin orillas” del espacio, la cual conecta a cada forma manifestada con todas las demás. El éter es una red de vida manifestada, y afirma el hecho de la Vida Una expresada en una diversidad inconcebible. Esta red impregna a todos los planos, los conecta y por lo tanto es clave para la relación sin impedimentos y la sabiduría que el Plan busca manifestar. La red de Triángulos actúa dentro del gran tejido de esta red de vida que abarca lo material, lo psicológico y lo espiritual. Para trabajar verdaderamente dentro del tejido del espacio, los servidores de Triángulos se posicionan dentro de este mar sin orillas, extendiendo su conciencia en todas las direcciones: hacia arriba, abajo, dentro y fuera. Pero es la naturaleza grupal del esfuerzo lo que realmente produce ese “movimiento sobre la superficie de las aguas” por el cual el Cielo se manifiesta en la Tierra y la Tierra es elevada al Cielo.

El espacio, como un gran símbolo y un hecho omnipresente, es nuestro mejor medio para comprender la Vida Una, su origen y propósito y, lo más importante, cómo nosotros, como servidores de Triángulos, podemos cooperar con ella.

* Zohar iii. 290 citado en La Doctrina Secreta, Tomo I, 356.