054-059

[54] Encarnaciones: Intervalos entre,
[55] Energía en el Universo,
[56] Energía y Fuerza,
[57] Entrenamiento Interno,
[58] Enseñanza,
[59] Enseñanzas Abstrusas

[54]

ENCARNACIONES:
INTERVALOS ENTRE

(1). Los intervalos de la vida, o esos períodos en que el hombre espiritual está fuera de encarnación y se ha retirado dentro de la conciencia egoica. Prácticamente no existen para el que está poco evolucionado; pasan cíclica­mente y con asombrosa rapidez dentro y fuera de encarnación. Durante el progreso, se alargan constantemente los períodos fuera de la encarnación, hasta el punto en que son mucho más extensos que los pasados en expresión externa. (4 - 371)

(2). Durante épocas los hombres han abusado y empleado incorrectamente una función otorgada por Dios han traído a la existencia con demasiada rapidez millares de seres humanos que aún no estaban preparados para experimentar esta encarnación, y necesitaban intervalos más extensos entre los nacimientos para asimilar ciertas experiencias. Las almas que no han evolucionado todavía encarnan rápidamente; las más evolucionadas requie­ren períodos más extensos para cosechar los frutos de la experiencia. Estas almas son las que pueden ser traídas prematuramente a la encarnación, porque están abiertas al poder atractivo magnético de quienes viven en el plano físico. El proceso está de acuerdo a la ley; las almas no evolucionadas progresan bajo la ley grupal, como lo hacen los animales, mientras que las que están algo más evolucionadas son susceptibles a la atracción de los entes humanos, y las ya evolucionadas vienen a la encarnación de acuerdo a la ley del servicio, y por deliberada elección de sus almas conscientes. (14 - 220)

(3). Un ejemplo de esta inexacta y tonta tentativa de arrojar luz sobre la teoría del renacimiento, puede observarse en el límite de tiempo impuesto, a las almas humanas desencarnadas, entre una encarnación y otra y al renaci­miento físico ‑ dicen que los años de ausencia dependen de la edad del alma que ha partido y el lugar que ocupa en la escala de evolución. Dicen que si el alma es muy avanzada, su ausencia del plano físico es prolongada, mientras que sucede todo lo contrario. Las almas avanzadas y las que están desarro­llando aceleradamente su capacidad intelectual, retornan con gran rapidez debido a su respuesta sensible a la atracción que ejercen las obligaciones, intereses y responsabilidades, ya establecidos en el plano físico. (17 – 298)

(4). El hombre reencarna sin apremio de tiempo. Encarna de acuerdo a las exigencias de las deudas kármicas, a la atracción de lo que el inició como alma, y porque ha sentido la necesidad de cumplir obligaciones instituidas; también encarna por un sentido de responsabilidad y para cumplir con los requisitos impuestos por un anterior quebrantamiento de leyes que rigen las correctas relaciones humanas. (17 – 299)

(5). Cuando la vida de la personalidad ha sido plena y rica, pero no ha alcanzado la etapa en que el yo personal puede colaborar conscientemente con el Ego, la personalidad atraviesa por períodos nirvánicos cuya duración depende del interés en la vida y de la capacidad del hombre para reflexionar sobre sus experiencias. Más tarde, cuando el Ego domina la vida de la. personalidad, el hombre se interesa en cosas más elevadas, y el nirvana del alma se convierte en su meta. Ya no le interesa el devachán. Empero, aquellos que están en el Sendero (ya sea el de probación o el de Iniciación) por regla general no van al devachan, sino que encarnan inmediatamente al girar Ii rueda de la vida, lo cual ahora sucede por la colaboración consciente, entre el yo personal y el Yo divino o Ego. (3 – 592)

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[55]

ENERGÍA EN EL UNIVERSO

(1). Los estudiantes deberían recordar que las doce constelaciones que constituyen nuestro zodíaco particular son receptoras de innumerables co­rrientes de energía que llegan de muchas fuentes. Estas se mezclan y fusionan con1a energía de cualquier constelación determinada y ‑trasmutada y "refinada esotéricamente"‑ oportunamente hallan su camino hacia nuestro sistema solar.

... A continuación se enumeran ‑ en forma incompleta pero adecuada para nuestro propósito ‑ las influencias principales que provienen de Fuentes muy distantes, llegan a nuestra vida planetaria y producen efectos definidos sobre el hombre y la humanidad como un todo:

I.

1. La constelación de la Osa Mayor.

2. Las Siete Hermanas de las Pléyades.

3. Sirio, la Estrella del Perro.

II.

1. Los siete sistemas solares, de los cuales el nuestro es uno.

2. Los siete planetas sagrados, de los cuales el nuestro no es uno

3. Los cinco planetas no sagrados o planetas "ocultos".

III.

1. Los siete centros planetarios.

2. Los siete centros de fuerza en el cuerpo etérico humano.

IV.

1. Las doce constelaciones zodiacales.

Tenemos así un nónuple impacto de energía. Esta clasificación es impor­tante, pero debe recordarse que existen también otros impactos, relativamen­te insignificantes.

A éstas deben agregarse otras corrientes de energía, las cuales actúan definidamente sobre nuestra vida planetaria y la afectan, tales como las que provienen de la gran estrella Betelgeuse o de Antares, y de otros grandiosos soles y sistemas solares relacionados con las constelaciones del zodíaco, cuyas fuerzas nos llegan a través de esas constelaciones y no en forma directa.

Además de las enumeradas, debería recordarse que técnicamente debe agregarse a esto la irradiante influencia que llega directamente del planeta en el cual vivimos. Sólo entonces podrán hacer un análisis cabal y un cuadro completo de las energías a las cuales el cuerpo etérico del hombre (condicio­nado al cuerpo, preeminentemente automático y negativo en sus reacciones) debe responder y siempre responde. La comprensión de esa respuesta y el control consciente e inteligente de las reacciones individuales, son sumamen­te necesarios para el hombre, pero sólo llega a ser posible en una etapa avanzada de evolución y cuando (técnicamente comprendido) se acerca al Sendero. (16 - 22/3)

(2). Las energías del zodíaco, del planeta y del sistema, actúan como fuerzas obstaculizadoras o estimulantes, según el tipo de vehículo o cuerpo sobre el cual actúan. La naturaleza de estos vehículos y su capacidad para atraer, responder, rechazar, absorber y trasmutar, dependen totalmente del grado de evolución obtenido y también de la condición general planetaria y sicoló­gica en que se encuentra la familia humana en determinado momento. (16 - 26)

(3). Todas las energías ‑zodiacales, del sistema y planetarias‑ tienen un efecto definido sobre la vida de las formas de todos los reinos de la naturaleza. Ninguno puede eliminar a estas influencias irradiantes y magnéticas. La meta de la evolución de la humanidad es llegar a ser vital y conscientemente consciente de la naturaleza de dichas energías y empezar a conocerlas y utilizarlas. La Jerarquía ha hablado siempre sobre el campo del ocultismo. (16 - 28)

(4). No escribo un tratado sobre astrología sino sobre los siete rayos, sus equivalentes y correspondientes energías, los efectos que produce la energía de rayo y la interacción de estas energías y sus efectos sobre las diversas fuerzas planetarias, particularmente las de la Tierra. (16 - 32)

(5). Quizás he acentuado, casi hasta la confusión, el vasto conjunto de impelentes energías que actúan por todo nuestro cosmos; el hombre indivi­dual puede muy bien anonadarse por sentirse desvalido y exageradamente fútil, pero sólo se debe al estado relativamente subdesarrollado de su "meca­nismo de recepción". Cuando se sienta anonadado debe recordar que poten­cialmente posee la capacidad creadora de construir y desarrollar gradual­mente un mejor mecanismo de recepción que le permitirá finalmente responder a todos los impactos y a cada tipo de energía divina. Esta capacidad es indestructible y constituye en sí un enfoque divino de energía, que debe llevar y llevará adelante indefectiblemente el bien que se está haciendo, bajo la inspiración del Gran Arquitecto del Universo. (16 - 304)

(6). Quisiera pedirle tener presente algunas palabras extraídas de los anti­guos archivos:

"La energía es todo lo que existe, oh Chela en la Luz, pero no es conocida. Es la causa del conocimiento, y su aplicación y captación conduce a la expansión de la comprensión.

"Por medio de la energía fueron creados los mundos, y por medio de esa energía progresaron; por medio de la energía las formas se desarrollan y mueren; por medio de la energía los reinos se manifiestan y desaparecen bajo el umbral del mundo que siempre existe y existirá eternamente.

"Por medio de la energía se asciende a la Cruz, y desde el vórtice de las cuatro fuerzas que se unen, el iniciado atraviesa la puerta y es impelido hacia la Luz ‑luz que aumenta ciclo tras ciclo y es conocida como la suprema Energía Misma". (18 - 457)

(7). Las notas claves sobre las cuales se ha construido la filosofía esotérica son:

1. En la manifestación sólo existe energía organizada.

2. La energía sigue al pensamiento o se adapta a él.

3. El esoterista trabaja dentro de la energía y con energías. (13 - 554)

(8). Las zonas o localidades del plano físico que constituyen las modernas salidas actuales para las energías , a través de las cuales las energías dirigidas pueden pasar y llevar a cabo el proceso creador, son cinco: Nueva York, Londres, Ginebra, Darjeeling y Tokio. Las cinco forman una estrella de cinco puntas de energías entrelazadas que simbolizan las principales divisiones de nuestra moderna civilización.

En cada uno de estos cinco centros, se halla presente uno de los Maestros, con su ashrama, y se organizara allí un vortice de fuerzas espirituales para apresurar y materializar los planes del Cristo para el nuevo y venidero ciclo mundial. (13 - 555)

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ENERGÍA Y FUERZA

(1). La vida del estudiante ocultista es vivida conscientemente en el mundo de las energías, las cuales han estado siempre presentes, pues toda la existencia, en los reinos de la naturaleza, es energía manifestada, pero los hombres no se dan cuenta de ello. No son conscientes, por ejemplo, de que cuando sucumben a la irritabilidad y la exteriorizan con vociferaciones y pensamientos iracundos, extraen y emplean energía astral. El empleo de esta energía los lleva fácilmente a un nivel de vida astral inapropiada para ellos; el continuo uso de esta energía produce lo que el Maestro Morya ha deno­minado "hábitos de residencia que ponen en peligro al residente". Cuando el aspirante reconoce que él mismo está compuesto de unidades de energía ‑ mantenidas en expresión coherente por una energía aún más fuerte, la de la integración ‑ empieza a trabajar conscientemente en un mundo de fuerzas análogamente compuesto; entonces empieza a emplear energía de cierto tipo, y da selectivamente uno de los pasos iniciales para convertirse en verdadero ocultista. Este mundo de energía en el cual vive, se mueve y tiene su ser, es el vehículo viviente organizado de manifestación del Logos planetario. A través de ese mundo, las energías circulan en todo momento y están en constante movimiento, siendo dirigidas y controladas por el centro coronario del Logos planetario; crean grandes vórtices de fuerza o puntos principales de tensión; por todo Su cuerpo de manifestación. La Jerarquía espiritual de nuestro planeta es un vórtice de este tipo, la humanidad es otro y, actualmente, se halla en un estado de actividad casi violento, debido a que se está convirtiendo en un foco de atención divina. (18 - 451/2)

(2). El trabajo del esoterista y del aspirante, es Regar a comprender estas fuerzas y aprender así su naturaleza y empleo, potencia y grado de vibración. Además debe aprender a reconocer su origen y a distinguir entre fuerzas, energías y rayos. El principiante puede hacer una clara diferenciación entre fuerzas y energías, reconociendo el hecho de que las personalidades nos afectan por medio de la fuerza que emana de su aspecto forma, pero estas mismas personalidades purificadas y alineadas, pueden ser trasmisoras de las energías del alma. (4 - 212)

(3). Los aspirantes deben comprender que trabajan con las fuerzas y dentro de ellas, y que la actividad correcta o errónea del plano físico se debe simplemente a una buena o mala dirección de las corrientes de fuerza, y no a algo bueno o malo de las energías mismas. (4 - 216)

(4). Les recordaré que todo lo que ocurre evidencia la energía y expresa la fuerza,. factor que nunca debe ser olvidado. Es esencial que se reconozca su existencia. Como individuos o como grupo poco pueden hacer, excepto procurar que nada pueda convertirlos ‑aún siendo muy insignificantes‑ en punto focal de odio, separatividad, temor, orgullo y otras características que nutren los fuegos que amenazan llevar al mundo al desastre. Cada uno puede ayudar mucho más de lo que puede imaginar si regula sus pensamientos e ideas, cultivando un espíritu amoroso y empleando en forma general la Gran Invocación, por cuyo intermedio estas fuerzas y energías - tan extraordina­riamente necesarias- pueden ser invocadas. (9 - 23)

(5). El discípulo aprende oportunamente a conocerse, sobre todo (mientras está en encarnación) como director de fuerzas, dirigiéndolas desde la altura del divino Observador y mediante el desapego. Estas verdades, son trivialidades del ocultismo, sin embargo, si pudieran comprender el pleno significa­do del desapego y permanecer serenos, como el Director que observa, no harían movimientos inútiles ni erróneos, ni existirían falsas interpretaciones y divagaciones por los atajos secundarios de la vida diaria, ni observarían a los demás con prejuicios y visión distorsionada y, sobre todo, no derrocharían fuerzas.

Repetidas veces, en el trascurso de las épocas, los Maestros han dicho a Sus discípulos (y yo a ustedes) que el ocultista trabaja en el mundo de las fuerzas. Todos los seres humanos viven, se mueven y expresan en, y a través de ese mundo de energías que entran y salen, están siempre en movimientos y hacen continuamente impacto. El ocultista, empero, trabaja allí, se convier­te en un constante agente rector, crea en el plano físico lo que desea, y lo creado constituye el canon de cosas y el diseño realizado por el gran arquitecto divino, en el tablero de la conciencia espiritual. (10 - 185)

(6). El hombre se mueve en un vórtice de fuerza de cualquier tipo y cualidad y sus expresiones manifestadas e inmanifestadas están compuestas de ener­gía, hallándose en consecuencia, relacionado con las demás energías. (10 - 187)

(7). Las energías y fuerzas afluyen incesante, potente y cíclicamente sobre nuestro sistema y vidas planetarias. No obstante, sólo se consideran hoy no existentes cuando se evoca una respuesta definida. Provienen de innumera­bles fuentes extrañas a nuestro sistema y esquemas planetarios; pero hasta que el hombre no responda a ellas y las registre, los científicos ni los astrólogos las reconocerán, y por ahora es como si no existieran. Esto deben tenerlo en cuenta a medida que les imparto la enseñanza, porque puedo indicarles ciertas fuentes de energía activa, todavía desconocidas para ustedes que actúan sobre nuestro sistema y su contenido. La dificultad se deberá a una inexactitud mía, sino a la falta de sensibilidad del mecanismo de respuesta que actualmente utiliza el género humano y los discípulos. (16 - 154/8)

(8). Todas las enfermedades ‑excepto las que se deben a accidentes, heridas que se infectan y a epidemias‑ pueden ser atribuidas en esta instancia a alguna condición de los centros, y por lo tanto a energía incontro­lada; a la energía excesivamente activa y mal dirigida, o a insuficiente y total carencia, o sino retenida en vez de empleada y trasmutada al correspondiente centro superior de energía. (17 - 183)

(9). La energía y las fuerzas constituyen la suma total de todo lo que es. Esta es otra verdad fundamental y trillada, sobre la cual se ha erigido la ciencia del ocultismo, y el arte de curar debe conocer. En la manifestación no existe nada parecido. La enfermedad es una especie de energía activa, manifestándose como fuerzas que destruyen o producen la muerte. Por lo tanto, si nuestra premisa básica es exacta, la enfermedad es también una forma de la expresión divina, porque la conocemos como malo es el reverso de lo que llamamos bueno. ¿No restaremos importancia al tema o causaremos una falsa impre­sión si consideramos al mal (por lo menos en lo que concierne a la enferme­dad) como bien, mal aplicado o mal adaptado? ¿Me interpretarán mal si digo que la enfermedad es energía que no funciona de acuerdo al plan o como sería de desear? Las energías que afluyen son puestas en relación con las fuerzas, dando por resultado buena salud, formas adecuadas y fuertes, y actividad vital; sin embargo, las mismas energías afluyentes, pueden ser puestas en relación con las mismas fuerzas, estableciéndose un punto de fricción, produciendo una zona enferma, dolor, sufrimientos y quizás muerte. Las energías y las fuerzas siguen siendo de la misma naturaleza esencialmente divina, pero la relación establecida produjo el problema. Si se estudia esta frase será evidente que esta definición puede incluir todo tipo de dificultad, y el producto final de la situación (sea buena o mala) es el aspecto relación. Esta afirmación es de gran importancia para toda reflexión. (17 - 430)

(10). Siempre debemos tener en cuenta que en el mundo creado sólo existe energía en movimiento, y, que cada pensamiento dirige algunos aspectos de esa energía, pero siempre dentro de la esfera de influencia de alguna energía más grande, pensante y dirigente. (17 - 461)

(11). Nos hallarnos al borde de la entrada en una nueva era de desarrollo científicos, debido al descubrimiento de la liberación de la energía del átomo. Ni siquiera los científicos responsables de este descubrimiento tienen la menor idea de los efectos trascendentes de este importante acontecimiento. Desde el ángulo de la materia y tema de este volumen, se está erigiendo un lenguaje enteramente nuevo relacionado con la energía y la fuerza, la aplica­ción de este descubrimiento, acerca del tratamiento de la enfermedad, será en un futuro inmediato (desde el ángulo esotérico), considerado casi un milagro. (17 - 520)

(12). El efecto del impacto de la energía depende de la naturaleza del vehículo de respuesta. El hombre reaccionará a las energías afluyentes de acuerdo a su equipo y a la naturaleza de sus cuerpos. (13 - 75/6)

(13). Debido al esfuerzo de incontables miles de hombres y mujeres de todas partes, las energías que hasta ahora sólo podían penetrar hasta la sustancia jerárquica y los niveles del plano mental superior, hoy pueden, por primera vez, arraigarse exitosamente en los niveles físicos densos o, por lo menos, en los niveles etéricos. Esta realidad es mucho más importante de lo que creen. (13 - 542/3)

Ver también: "Esoterismo", (6 - 123/4), (6 - 327/8)

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[57]

ENTRENAMIENTO INTERNO

(1). El objetivo de todo entrenamiento interno es desarrollar el sentido esotérico y desenvolver esa percepción sensible interna que capacitará al hombre para actuar, no sólo como un hijo de Dios en encarnación física, sino como quien posee esa continuidad de conciencia que permite estar al mismo tiempo despierto internamente y activo externamente. Esto se logra mediante el desarrollo del poder que lo lleva a ser un Observador entrenado. (4 - 435)

(2). Mi motivo fundamental es siempre el mismo: indicar el camino del proceso viviente y estimular esa curiosidad divina, ese sentido de exterioriza­da aventura espiritual y la vehemente aspiración, latente en todos los discí­pulos, de progresar que, cuando sea debidamente estimulada, les permitirá continuar en forma más severa y sensata en el Sendero de Retorno. De otra manera no tendría valor práctico ni sería de importancia lo que trato de impartirles. (16 - 157/8)

(3). Deberá vivir la vida interna cada vez más en el plano mental. Firme y sin desviaciones debe mantenerse una actitud meditativa, no durante unos minutos cada mañana o en específicos momentos durante el día, sino constantemente todo el día. Esto implica una continua orientación hacia la vida y su manejo desde el ángulo del alma. No es como muchos dicen "dar la espalda al mundo". El discípulo le hace frente al mundo, pero desde el nivel del alma, mirando con visión clara el mundo de los asuntos humanos. "En el mundo, pero no del mundo", es la actitud correcta expresada por Cristo. La vida del alma, actuando a través de la mente, debe aquietar y controlar en forma creciente la normal y poderosa vida emocional, astral, de deseos y de ilusión. Las emociones que son normal­mente personales y autocentradas deben ser trasmutadas en conocimiento de la universalidad y la impersonalidad; el cuerpo astral debe convertirse en el órgano por el cual podrá afluir el amor del alma; el deseo debe ceder su lugar a la aspiración, que a su vez debe fusionarse en la vida grupal y ser parte del bien del grupo; el espejismo debe ceder su lugar a la realidad, y la pura luz de la mente llegar a todos los lugares oscuros de la naturaleza inferior. (5 - 61)

(4). ¿Comprenden que cuando acrecientan su poder para captar las leccio­nes necesarias y aprenden a entrenar sus mentes para pensar en términos cada vez más amplios y abstractos, evocan de mí la correspondiente y ade­cuada instrucción? Las limitaciones impuestas a la verdad residen en ustedes, no en mí. (6 - 21)

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ENSEÑANZA

(1). Los iniciados reciben directamente instrucciones de los Maestros o de algunos de los grandes devas o ángeles. Estas enseñanzas se imparten generalmente por la noche, en clases poco numerosas o, si la ocasión lo justifica, individualmente en el estudio particular del Maes­tro. Lo antedicho se aplica a los iniciados encarnados o a quienes están en los planos internos. Si están en los niveles causales reciben instrucción, en cualquier momento que se considere aconsejable, directamente del Maes­tro al ego.

A los discípulos encarnados se los instruye en grupos, en el ashrama del Maestro, o en clases, durante la noche. Aparte de estas reuniones regulares, y con el objeto de recibir enseñanza directa ‑por un motivo especial‑, el Maestro puede llamar a Su estudio a un discípulo para una entrevista privada, o cuando quiere ver a un discípulo para alentarlo, prevenirlo o decidir si su iniciación es conveniente. La mayor parte de la tu‑tela de un discípulo está en manos de algún iniciado o discípulo avanzado, que vigila a su hermano menor y es responsable, ante el Maestro, de su progreso, informándolo regularmen­te. El karma es, en gran parte, el árbitro de esta relación. (1 - 66/7)

(2). Todos los instructores que aceptan discípulos para ser entrenados y tratan de utilizarlos en el servicio mundial, emplean el mismo método: exponen un hecho (muchas veces velado en palabra u oculto en un símbo­lo) dejando luego que el discípulo haga sus deducciones. De esta manera se desarrolla la facultad de discriminar, método esencial que libera al Espíritu de las ligaduras de materia y le enseña a discernir entre la ilusión y lo que ella vela. (3 – 163)

(3). Hay muchas cosas contra las cuales, deben luchar los instructores de los planos internos, debido a la lentitud de los procesos mentales de estudiantes en cuerpo físico. Quienes aspiran a este difícil trabajo deben observarse a sí mismos con mucho cuidado y mantener la paz y la serenidad internas y la elasticidad mental, que les permita ser de alguna utilidad para proteger y guiar a la humanidad. (4 - 59/60)

(4). El desasosiego de la vida diaria pide a los instructores de los niveles egoicos llegar a ustedes. Procuren permanecer serenos durante el trascurso de la vida, y obtener la calma interna en el trabajo y en el esfuerzo, en los planes y en las aspiraciones. Retráiganse constantemente en el trabajo interno, cultivando la respuesta a los planos superiores. Los Maestros necesitan un perfecto y constante aplomo interno, de parte de quienes tratan de utilizar. (4 - 61)

(5). El grupo de instructores con quienes pueden estar en contacto los aspirantes comunes y los discípulos en probación, en el plano mental, son hombres de pasiones similares, pero con mayor experiencia en el sendero y un autocontrol más sabio de sí mismos. No trabajan con aspirantes por sentir afecto personal, sino porque la necesidad es tan grande que buscan a quienes puedan ser entrenados. La actitud mental requerida es rápida captación, habilidad de registrarlo y no dudar hasta tener mayor conocimiento. Luego se le urge al aspirante dudar de todo. (4 - 139/40)

(6). Cuando ha dominado de esta manera una lección, preparada, y cuando el estudiante sabe una determinada serie de lecciones, se gradúa y recibe una iniciación. El grupo que él instruye se beneficia por el paso dado, porque cada discípulo lleva consigo, en forma peculiar e indefinida, a quienes instruye. El beneficio sobre una unidad repercute en el conjunto. En forma similar el Maestro lleva consigo a Sus discípulos hacia adelante y hacia arriba. (4 - 256)

(7). A la luz de su propia intuición y mente iluminada (desarrollados y llevados a la utilidad por la meditación) traten de extraer para sí ese aspecto de la enseñanza apropiada y que puede ayudarlos, interpretándola a la luz de su propio progreso y necesidad.

Los días de contacto con la personalidad, atención de la personalidad y mensajes personales, hace tiempo que han terminado, excepto en el valle de la ilusión que está en el plano astral. Estas son palabras duras, pero ningún verdadero discípulo las interpretará mal. Por su propia y profunda experien­cia y lucha sabe que es así. Lo importante es el grupo de Maestros, la Jerarquía como un todo y su interacción con la humanidad. (14 - 109)

(8). Gran parte de ellas pregonarán su condición de escuelas esotéricas, pero nada impartirán de carácter realmente esotérico. Sólo atraerán a los incré­dulos y tontos. Ya existen muchas que así se desempeñan. Otras que impar­tirán entrenamiento esotérico y ocultista se abstendrán de promulgar toda indicación al respecto, sin embargo, proporcionarán la enseñanza necesaria. La Ciencia de la Meditación y la construcción consciente del antakarana serán las dos etapas preliminares del programa esotérico. La verdadera enseñanza sobre la meditación y construcción del puente de luz entre la Tríada y la personalidad, es la enseñanza más avanzada impartida hasta ahora.

Sin embargo, la humanidad ya está preparada para un desarrollo extrema­damente rápido, y esta preparación se irá demostrando crecientemente en el período de posguerra, debiendo prepararse para ello los discípulos del mundo. Los factores que lo harán factible son dos, siendo el primero el tremendo estímulo de la guerra, sus exigencias y consecuencias, ha propor­cionado a la conciencia humana, y el segundo, la entrada de almas muy avanzadas desde el año 1925, las cuales estarán preparadas para dar el entrenamiento e instrucción necesarios cuando llegue el momento propicio; poseen el conocimiento cuando vienen a la encarnación y saben, en forma normal y lógica, lo que el moderno estudiante de esoterismo está luchando por captar y comprender. (18 - 110/1)

(9). Todo entrenamiento esotérico o espiritual, debe ser autoaplicado, y esto es tan cierto para el Cristo, como para el más humilde aspirante. (8 - 88)

(10). El verdadero educador debe ser honesto y sincero con todos los buscadores. Su tiempo (hasta donde está limitado por la ecuación tiempo en el plano físico) es demasiado valioso para desperdiciarlo en cortesías sociales o en abstenerse de criticar cuando se persigue un buen propósito. Debe confiar totalmente en la sinceridad de aquellos a quienes enseña. Censurar y señalar las fallas y los errores no siempre resulta útil, porque puede servir no sólo para aumentar la responsabilidad, provocar el anta­gonismo o incredulidad, o causar depresión, tres de los resultados más indeseables de la crítica.

Los que pertenecen al rayo de la enseñanza deben aprender a enseñar enseñando. No hay método más seguro, siempre que vaya acompañado de un profundo amor personal, aunque al mismo tiempo impersonal, hacia quienes deben ser instruidos. Sobre todo quisiera señalar que se ha de inculcar el espíritu grupal, primera expresión del verdadero amor. (12 - 30)

(11). La información sobre la Jerarquía debería seguir las siguientes líneas:

1. Poner el énfasis sobre la evolución de la humanidad y particular atención a su meta, la perfección. No es la perfección idealista del místico visionario, sino el control del instrumento, el hombre en encarnación, por el alma interna e influyente. Debería acrecentarse más el conocimiento de la constitución del hombre.

2. Enseñar la relación del alma individual con todas las almas y al mismo tiempo reconocer que el tan esperado reino de Dios es simplemente la aparición en la Tierra de hombres controlados por el alma, que en la vida cotidiana pasan por sus diversas etapas.

3. Por el reconocimiento de esta relación puede deducirse la realidad de la Jerarquía espiritual y acentuarse la normalidad de Su existencia. Será evidente el hecho de que el reino siempre ha estado presente, pero no reconocido, debido a que relativamente pocas personas pueden expresar aún su cualidad.

4. Cuando este reconocimiento se haya generalizado, la idea (permanen­temente presente en este momento en la conciencia humana en todas partes) y el buen sentido, testimoniarán la realidad de la Presencia de Quienes alcanzaron la meta; la demostración de Su divinidad será considerada normal, constituyendo un objetivo universal y es la garan­tía de la realización futura de la humanidad; entonces podrán ser demostrados los distintos grados de la divina expresión, abarcando desde el discípulo en probación, a través de los discípulos, hasta Quienes lograron la maestría y ascendieron hasta el Cristo, incluyén­dolo.

5. Así, gradualmente, la idea o el concepto sobre la existencia corpórea de los Maestros, será inculcado y paulatinamente será aceptado; se desarrollará una nueva actitud hacia el Cristo que incluirá todo lo mejor que el pasado nos ha dado, pero que integrará a los hombres para que consideren en forma más sensata y aceptable todo el proble­ma.

6. Llegará el momento en que se aceptará la presencia en la Tierra del Cristo como Guía de la Jerarquía y Regente del reino de Dios; los hombres comprenderán también la verdad de la actual afirmación revolucionaria de que en ningún momento El la ha dejado.

7. Se pondrá también acrecentadamente el énfasis sobre el Plan en desarrollo, y los hombres tendrán que reconocerlo por el estudio de la evolución de la familia humana, la detenida consideración de los procesos históricos y el análisis comparativo de antiguas y modernas civilizaciones y culturas. El hilo del propósito será ob­servado y seguido siglo tras siglo, integrando no sólo la historia de un solo y completo relato de la revelación de las cualidades divinas por intermedio de la humanidad, sino integrando con ella y en ella, todas las filosofías mundiales, el tema central de todo arte creador y el simbolismo de la arquitectura y de las conclusiones de la ciencia. (13 - 485/7)

(12). En realidad, la humanidad nunca ha vivido de acuerdo a la enseñanza dada. La impresión espiritual impartida por el Cristo, el Buda o Krishna (trasmitida a la masa por sus discípulos), no ha sido expresada como se esperaba. Los hombres no viven de acuerdo a lo que ya saben; tampoco utilizan en forma práctica la información que poseen; su luz está en cortocir­cuito; no se disciplinan; los controla el deseo codicioso y la ambición ¡legal, y no el conocimiento interno. (6 - 52)

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[59]

ENSEÑANZAS ABSTRUSAS

(1). Por lo tanto, este tratado es algo abstruso y totalmente simbólico; quizás a algunos les parezca difícil llegar a comprenderlo, para otros tenga poco significado, y ninguno para otros. Si los discípulos del mundo verdaderamente luchan y aplican en lo posible y en forma práctica la enseñanza dada, a medida que pasa el tiempo y se despierta su razón e intuición, hallarán que dichos enunciados simbólicos y abstrusos se ven esclareciendo cada vez más y servirán para que impartan la enseñanza designada. Cuando esto sucede, el Angel de la Presencia va acercándose más al discípulo e ilumina su camino. El sentido de separatividad va disminuyendo, hasta que finalmente la luz compenetra la oscuridad y el Angel rige la vida. (15 – 50)

(2). "Reflexionen sobre esto". Este es mi frecuente mandato, que doy porque la actividad reflexiva es un potente medio de relación. (16 – 222)

(3). Quizás se pregunten por qué me ocupo aquí de estas abstracciones. Se debe a que, en el esfuerzo por comprender y captar la verdad que se halla más allá del razonamiento de ustedes (aún considerándolo como una hipó­tesis no comprobada hasta ahora), están desarrollando gradualmente un aspecto de la mente, muy necesario en los procesos del conocimiento, y deben ser llamados a realizar un servicio efectivo durante la iniciación. Tal esfuerzo es importante si queremos tener una verdadera comprensión; la iniciación constituye una demostración de la comprensión intuitiva, expresada en forma práctica. (16 – 295)

(4). Nuevamente debo repetir cuán vasto es el tema que estoy tratando, y todas las instrucciones anteriores y las respuestas que doy a las preguntas sólo sirven para demostrar la complejidad del tema. Pero si tienen paciencia y están dispuestos a aprender por absorción más que por análisis, posterior­mente descubrirán que saben mucho, en forma intuitiva y discriminada. (17 – 230)

(5). Los estudiantes no deberían dejarse engañar por su simplicidad y sus afirmaciones claras y directas. Existe la tendencia a creer que la enseñanza esotérica es necesariamente abstrusa e indirecta, requiriendo siempre el empleo del "sentido esotérico" (cualquiera sea su significado) para arribar a una comprensión. Sin embargo, cuanto más elevada es la enseñanza, a menudo se la expresa más simplemente. Su complejidad se debe a la ignoran­cia del estudiante y no a la forma que la presenta el Maestro. (17 – 460)

(6). Gran parte de lo antedicho no tendrá significado para ustedes, pero, como ya dije anteriormente, sólo escribo para esos discípulos iniciados que vienen ahora a la encarnación y se hallarán en la plena flor de su conciencia y servicio al finalizar este siglo. Pero el esfuerzo que realicen para compren­der, tendrá su efecto, aunque el cerebro no lo registre. (18 – 40)

(7). Me doy cuenta de la imposibilidad de que lleguen a la verdadera comprensión, pero mucho lograrán mediante el esfuerzo de comprender. (18 – 253)

(8). Como podrán ver, nos aventuramos a invadir reinos que están mucho más allá de la comprensión de ustedes, pero el esfuerzo por captar lo inalcanzable y ejercitar la mente en el pensamiento abstracto, siempre es valioso. (18 – 530)

(9). Comprendo que lo que estoy comunicándoles, puede parecerles muy inverosímil y sin sentido, y lógicamente no hay forma viables de probarles la naturaleza real de este sistema de intercomunicación, donde puedan verificar lo que digo; pero tampoco existe un modo de comprobar la existencia real de Sanat Kumara y, sin embargo, desde la noche misma de los tiempos, ha sido proclamada su existencia por la Jerarquía y aceptada por millones de seres. Todo ser humano cree mucho más de lo que puede comprobar o demostrar. (11 – 132)

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